El superhéroe nace del cómic, y solo podía ser así porque a través del medio escrito difícilmente se podía estrenar la idea de que un ser dotado de capacidades sobrehumanas resultara ser un benefactor de la humanidad (salvo en el contexto religioso); en cambio, el cómic permitía presentar a esta figura con un aspecto que en cierta forma atenuaba la amenaza que suponían sus habilidades. Dicho esto, pareciera que la conexión entre los superhéroes y el horror no solo sería posible, sino también natural. Otra razón que hace compatible esta fórmula es que la imagen del superhéroe se exalta al enfrentarse a dificultades abrumadoras, imposibles de sortear para un mortal, circunstancias aterradoras, ya sea por la maquinación de un villano o por una fuerza de la naturaleza.
Origen en común
Curiosamente, quizás el primer encuentro entre un superhéroe y algún elemento de horror sucedió antes del lanzamiento del primer cómic de superhéroes. Nos referimos al peculiar caso del Dr. Occult, de Jerry Siegel y Joe Shuster (creadores de Superman), un detective especializado en temas sobrenaturales que se enfrenta a amenazas que incluyen a personajes clásicos del horror, como vampiros, hombres lobo, muertos vivientes, entre otros. Durante la serie de historias The Koth and The Seven, publicada en 1936, Dr. Occult cambia su atuendo de gabardina por uno más propio del superhéroe con capa, que incluso podía volar en el plano sobrenatural.
Alternancia entre superhéroes y horror
La popularidad de los superhéroes en Estados Unidos decayó tras la Segunda Guerra Mundial (1945) por cambios en los gustos y preferencias propiciados por el nuevo contexto sociopolítico. Se considera que el terror, junto al género policíaco, fueron los reyes al inicio de la década de los cincuenta, cuando se superó la renuencia de la primera mitad del siglo XX para abordar la temática de horror en las viñetas, pero su auge sería frenado en seco en 1954 con la censura impuesta por la Comics Code Authority. Este hecho, en cierta forma, permitió la revitalización del género de los superhéroes que había perdido terreno durante esos años y, a la vez, supuso una situación complicada para las editoriales que se habían especializado en el horror, como EC Comics. Pese a este duro golpe, la influencia del cómic de horror ya no se perdería e incluso las grandes editoriales estadounidenses continuarían experimentando con el género hasta donde permitiera la censura. Con la relajación de las normas a partir de 1971, proliferó la integración de personajes novedosos o clásicos del horror a los respectivos universos de superhéroes, como los casos de Man-Thing, Swamp Thing, Drácula y Etrigan, por mencionar algunos.
Cómics para asustarse
A continuación, algunos cómics de superhéroes en los que se hace muy presente el horror:
- Arkham Asylum. A serious house on serious earth (Grant Morrison y Dave McKean). Sobresale entre los cómics de Batman con elementos de horror. Los internos de Arkham han tomado el control y Batman acude para salvar a los rehenes, pero una vez dentro, debe hacer frente a sus temores, entre los que se incluye la pérdida de su propia cordura.
- Irredeemable (Mark Waid y Peter Krause). ¿Qué pasaría si el superhéroe más poderoso se convierte en asesino en masa? Plutonian era un superhéroe con habilidades idénticas a las de Superman y, de manera similar, contaba con un numeroso grupo de aliados para la protección del mundo, pero ahora se ha convertido en un implacable villano. Krause plasma la desesperación e impotencia que sienten las víctimas de Plutonian, mientras siembra muerte y destrucción a su paso.
- Carnage vol. 2 (Gerry Conway y Mike Perkins). Se muestra el potencial que tiene el simbionte más sanguinario para contar una auténtica historia de terror. Es un festín para los amantes de las diversas formas de horror con criaturas monstruosas, suspenso, oscuridad y el componente místico asociado al libro de magia negra por excelencia en el universo Marvel: el Darkhold.
- DCeased (Tom Taylor y Trevor Hairsine). Entre nuestras recomendaciones no podía faltar un título de superhéroes en el contexto de un apocalipsis zombi. Es sobresaliente la capacidad de Taylor de integrar a la perfección el mito de la ecuación antivida con la proliferación de los muertos vivientes. Los héroes más grandes de la Tierra se sumen en la desesperanza, rodeados de muchedumbres infectadas y cuerpos lacerados.