El fuego y el agua moldearon personajes, relaciones e historias que dejaron huella en el cómic alternativo.
Viejo como la ficción misma, el recurso de unir personales disímiles en una historia abre una vía segura en la ficción narrativa. Desde la proverbial camaradería entre el salvaje Enkidu y el rey Gilgamesh en el poema homónimo (2500-2000 a.C.), las llamadas “parejas disparejas” marcan un contrapunto atractivo con que el lector empatiza de inmediato, sea con sus interacciones amistosas (Don Quijote y Sancho) o bien amorosas (La Bella y la Bestia).
La historieta bebió temprano de esas fuentes, como acusan las pioneras tiras cómicas Krazy Kat (1913) y Blondie (1930). Pero será el comic-book alternativo de los ochenta donde la fórmula luzca visos de madurez con personajes cuyas discordancias arrastran también conflictos internos e historias de evolución más rica y compleja. Tres ejemplos, en concreto, trazan la pauta seguida por el filón desde fines del siglo XX.
Los Fantasmas de Hoppers 13
Inspirados en sus vivencias familiares y el movimiento punk de California, los hermanos Jaime, Beto y Mario Hernandez autopublican en 1981 Love and Rockets, surtido de historias donde destacan las series ambientadas en dos pueblos ficticios: Palomar – firmadas por Gilbert – y Hoppers 13 de Jaime.
También conocida como Locas, la saga de Jaime presenta a Margarita “Maggie” Chascarrillo, originalmente una mecánica espacial cuyas peripecias mudan con rapidez a temas cotidianos. En la escena punk local conoce a Esperanza “Hopey” Glass, carismática bajista con la que inicia una relación intermitente a través de los años y suma un nutrido elenco (la caprichosa Beatriz “Penny Century” García, la depresiva Isabel “Izzy” Ortiz y su hermano Eulalio “Speedy” Ortiz…), estadounidenses de segunda generación con nombres hispanos y apodos anglosajones que evolucionan, y maduran junto al avance de la historia; así, mientras la treintañera Hopey insiste en un ambiente punk que la deja atrás, Maggie se adapta a una vida normal, luchando serena con los años y los kilos.
Love and Rockets cerró su primer volumen en 1996 con el número 50, consolidando a sus autores por la calidad de sus historias. En el caso de Locas, su narrativa directa, estilo limpio y atractivos personajes lo hicieron un clásico del cómic alternativo cuyo segundo volumen iniciado en el 2001 entrega esporádicas – y agradecidas – novedades sobre Maggie y Hopey.
Mundo Fantasmal
Por su parte, el historietista Daniel Clowes alcanza notoriedad en las páginas de la mencionada Love and Rockets con la serie Lloyd Llewellyn (1985) para después ampliar su veta más experimental y satírica en la revista Eightball (1989). Entre los números 11 y 18 de la publicación presenta Ghost World, trabajo sutil e intimista que revela su profundidad en el trato psicológico.
Ghost World nos introduce en los últimos días escolares de Enid y Rebecca, dos amigas muy opuestas que atraviesan el no siempre grato camino a la madurez. Opuestas en su personalidad e intereses, ambas jóvenes encaran las tragedias y victorias cotidianas de su pequeño pueblo – un sitio corriente que encierra sus propias leyendas y ritos – mientras avistan el crepúsculo de una adolescencia que se escurre, junto con el incierto futuro de su relación.
Apenas 80 páginas bastan para que Clowes dé forma a un universo de fascinante complejidad, acusando su maestría y precisión narrativa al capturar la angustia adolescente con sus temores y esperanzas. En su inteligente retrato, tanto la femenina Rebecca como la rupturista Enid (dos jóvenes que ya no son niñas, pero que aún no son mujeres) recorren una historia amena y de gran sencillez gráfica que llegó al cine el 2001 (con Thora Birch y Scarlet Johansson en los roles principales) y adelantó la siguiente generación del cómic alternativo.
Sueños del Paraíso
“Strangers in Paradise es el único cómic que la mujer o novia de un fan leerá”, señaló en una ocasión Terry Moore. Ciertamente, la serie que publicó desde 1993 en Antarctic Press y luego bajo su propio sello, Abstract Studio, logró una gran recepción entre el público femenino, y también fue elogiada en círculos LGTB.
La profunda amistad entre Helen Francine Peters (la cándida Francine) y Katina Marie Choovanski (la rebelde Katchoo) tiene los ribetes de una comedia romántica, donde Francine tiene mala suerte con los hombres y Katchoo intenta conquistarla en vano; la aparición del enigmático David Quin genera un triángulo amoroso con las emociones a flor de piel; pero cuando el oscuro pasado de Katchoo les golpea – revelando además la verdad sobre David -, el drama y el miedo instala al trío en un irremediable camino sin retorno.
Las excelentes caracterizaciones, buenos diálogos y mixtura narrativa de viñetas, prosa y música hicieron de la historieta un título de culto. Tras 90 números, la serie original llegó a su proyectada conclusión el 2007, si bien Moore regresó a sus personajes en el 2018 con Strangers in Paradise XXV, celebrando así su aniversario 25.
Tres historias de parejas disparejas cuya influencia sigue palpándose en la historieta independiente, como acusan títulos como Ladronzuela o Rubia de Verano. Clásicos del género slice-of-lice para descubrir, disfrutar y releer.