Los primeros superhéroes no destacaron precisamente por su complejidad. Nacidos en tiempos duros y con tendencia a las soluciones rápidas, los viejos pioneros del comic book (formato revolucionado por el arribo de Superman en 1938) tienen una estructura sencilla, donde prima el reclamo cosmético, lo cual se va acentuando entre la ola de imitadores enmascarados, donde pierde fuerza la base argumental madurada hasta entonces por la tira cómica estadounidense.

Una discreta excepción es Mister Scarlet, el singular justiciero de Fawcett Comics, ideado por el prolífico guionista France Herron, creador del juvenil Captain Marvel Jr., y quien escribió el hoy muy célebre Batman of Zur-En-Arrh. Con estreno de portada en el ejemplar 1 de Wow Comics (diciembre de 1940), su primera aparición cuenta con Joe Simon en guion y dibujos de Jack Kirby, prometedora dupla que tres meses después toca el cielo con el célebre Captain America, cuya némesis, Red Skull, es concebida por Herron.

Mister Scarlet y Pinky
Mister Scarlet y su ayudante, Pinky.

El precio de la justicia

Frustrado por las limitaciones del sistema penal que defiende, el fiscal de distrito Brian Butler viste cada noche un encapuchado traje rojo y una capa amarilla para convertirse en Mister Scarlet, temido vigilante que enfrenta al Bajo Mundo en historias de marcado estilo crime pulp. No obstante, con el correr de las entregas abandona tal faceta al perfilar una inusual evolución para esos años, con historias que destacan por su lúdica profundidad, en detrimento del énfasis aventurero.

Así, a medida que la cruzada justiciera de Mister Scarlet cuenta con el beneplácito ciudadano, Butler va descuidando gradualmente su vida profesional, al punto de perder clientela. Lejos de desanimarlo, para el número 4 suma como compañero de aventuras a su hijo adoptivo Pinky (sin que asuma un alter ego más allá del apelativo The Whiz Kid), y el enmascarado confía su identidad a la discreta Miss Cherry Wade, guapa secretaria que –contraria al tópico femenino impuesto en las historietas– secunda además sus actividades extracurriculares.

Pero los problemas cotidianos no abandonan al personaje. Mientras captura a villanos como el Diácono de la Universidad del Crimen y la peligrosa Esfinge Negra, sus relatos acentúan la creciente inestabilidad financiera que lo asola, apremiándolo a hallar nuevos clientes, hasta perder finalmente su puesto en la fiscalía y acabar desalojado por su casero. Para su suerte, Brian logra mantener la asociación con Miss Wade y sigue limpiando las calles hasta el cese de Wow Comics en su número 69 (septiembre de 1948).

Tras la venta de Fawcett a la editorial Charlton, ya casi durante los años cincuenta, y la posterior anexión de esta por DC Comics en 1980, Mister Scarlet pasa a habitar el mundo paralelo bautizado como Tierra-S, donde junto a otros ex compañeros de editorial (Bulletman, Bulletgirl, Spy Smasher e Ibis, the Invincible) forma el Shazam’s Squadron of Justice, hasta llegar a colaborar con la Justice League y la Justice Society para detener al Rey Kull (sin relación con el personaje pulp de Robert E. Howard), en los números 135 a 137. Finalmente, un otoñal Brian pasa el testigo a Pinky, quien asume como el renovado y colorido Mister Scarlet II para continuar por varios años tras la muerte de su padre.

Pinky Butler: Mister Scarlet llega al Universo DC

Tras la máscara

Más aventurero que superhéroe, Mister Scarlet era un atleta de nivel olímpico y un calificado acróbata, respaldando con los puños sus afinados dones detectivescos. Portaba además un cinturón utilitario donde luce una pistola de rayos, tan poco utilizada en sus aventuras, igual que su inexplicada capacidad de volar.

Algo rústico en lo conceptual, logra sin embargo una interesante proyección gracias a un desfile de laboriosos artistas que suceden a los mencionados Joe Simon y Jack Kirby, entre los que destaca Otto Binder (Supergirl), Emmanuel Mac Raboy (Flash Gordon), Harry Anderson (Strange Tales), Carl Pfeufer (Sub-Mariner), John Jordan (Sergeant Spook) y Bob Fujitani (Doctor Solar, Man of the Atom). Por desgracia, el aspecto gráfico más duro y cuasi diabólico trazado por Kirby en sus inicios pierde fuerza en otros lápices, donde asemeja más un espadachín de época escudado por un compañero al uso.

Con todo, a nivel argumental, su inestabilidad financiera lo aleja del tópico establecido por vigilantes como Batman o Green Arrow, convirtiéndose en un precursor para el héroe más realista que Stan Lee consagra veinte años después con Spider-Man. Y aunque jamás hizo sombra al exitoso Capitán Marvel en la casa Fawcett, su popularidad no solo le permitió ocho años de aventuras y dominio de las primeras portadas de Wow Comics, hasta la llegada de Mary Marvel, sino que además le ganó una breve aparición en la miniserie de DC Comics Kingdom Come (1996), última victoria de un personaje colmado de buenas intenciones, fuera y dentro de la viñeta.

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