Aunque las historietas más conocidas suelen encasillarse en los géneros de acción, fantasía u horror, hay obras que nos recuerdan las posibilidades del medio y que a la vez nos dan un respiro de las estructuras narrativas habituales; este es el caso de Blueprint capítulo 1: Arquetipo del paraíso, un cómic panameño costumbrista, estilo manga, producto de la colaboración de Indi Lucía Pereira, Albert Weand y Heriberto Pinzón. En sus coloridas páginas introductorias, sienta las bases del argumento de la historia: el contraste entre los sueños y el éxito.

La alegría de Gustavo de niño contrasta con su carácter huraño de adulto. (Fuente: blueprintmanga.com)

Una visión alternativa del éxito

El protagonista, Gustavo Mason, es un arquitecto que, junto con sus amigos de la infancia: Héctor y Lilia Cáceres, parece estar bastante encaminado hacia la cima en su ámbito profesional; sin embargo, algo le hace falta.  Entre sueños y reflexiones, Gustavo se da cuenta del vacío que nace de la distancia insalvable entre sus aspiraciones de infante y su realidad de adulto, vacío que no es compensado por las riquezas ni el prestigio que se asoman a su vida. Esta profunda introspección es amenizada por momentos de comedia que recaen en mayor medida sobre el personaje de Héctor, en el marco de su compleja relación con Gustavo (socio, amigo y colega). Héctor tiene una personalidad muy distinta a la de Gustavo, se proyecta como más pragmático y podría decirse que superficial, en el sentido de que sus ambiciones parecen alinearse fácilmente con los estereotipos sin cuestionarse demasiado al respecto. Lilia podría tener un carácter afín al de Gustavo, aunque tal vez sea algo más temperamental. Pese a sus diferencias, cuando se trata de trabajo, el trío se complementa perfectamente, razón del éxito de su empresa.

Ficción realista

Un adulto citadino puede fácilmente hallarse retratado en alguna viñeta de Blueprint. (Fuente: blueprintmanga.com)

La historia es ficticia, pero tanto el argumento como la narrativa la hacen creíble. A esto contribuye que se desarrolle en un espacio real como la ciudad de Panamá, que se vuelve un personaje más, con características como el impredecible estado del tiempo o los congestionamientos vehiculares a toda hora. El ritmo de la historia está manejado de manera tal que permite al lector verdaderamente adentrarse en ella, ya que se inicia con cierta parsimonia y, posteriormente, conforme avanza el día (tiempo narrativo), acelera la transición de acontecimientos, de manera muy similar a como se percibe una jornada de trabajo ordinaria.

 

 

Material extra

El tomo de Blueprint capítulo 1, de Editorial Meña, incluye breves descripciones de los personajes; algunas palabras del ilustrador Albert Weand, en las que cuenta sus pininos como artista y la manera como llegó a involucrarse en el proyecto de Blueprint; detalles anecdóticos sobre una viñeta basada en fotografía de un paisaje urbano de la ciudad de Panamá; una ficha biográfica del protagonista de este primer capítulo y algunos de los bocetos iniciales de este personaje en los que se puede apreciar la evolución en la técnica de dibujo de Albert.

En el volumen también se encuentra la historieta En Tránsito, escrita por Bruno Chanis e ilustrada por Albert Weand, previamente publicada en la Antología de Historietas Panameñas. Se trata de un cómic de recuentos de la vida (slice of life), ambientado en un vehículo de transporte colectivo. Aquí predomina la narrativa visual con muy pocos globos de texto. Seguramente muchos lectores se podrán identificar, por vivencias propias o de terceros, con las situaciones que se presentan dentro del autobús y con alguna de las historias de los personajes que convergen en ese espacio hasta llegar a la parada, a partir de la cual continuarán el curso de sus vidas.

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Nacido el 22 de agosto de 1986, panameño, ingeniero electrónico y de telecomunicaciones. Desde muy temprana edad tuvo contacto con las historietas a través de Condorito y el semanario El Camaleón, posteriormente con historietas de Disney. Hacia el final de su adolescencia comienza a interesarse por las ciencias políticas y las humanidades. Su inquietud intelectual lo lleva a leer los textos clásicos, principalmente filosóficos y trágicos. Durante ese andar por las librerías en 2017 se encuentra con los cómics de la línea Vertigo, resurgiendo así su interés por el medio, acompañado del afán por divulgar los alcances, bondades y posibilidades del noveno arte.

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