En octubre de 2012 se instala una estatua frente a la biblioteca de Cleveland Heights-University Heights que recuerda a quien no solo fue un asiduo visitante, sino también el historietista que cambió la percepción occidental del cómic autobiográfico. Harvey Pekar, el empleado público que desde 1976 a 2008 expande las vías del subgénero slice-of-life con su aclamada revista American Splendor.
Suceso que parecía extraño al propio Pekar, nacido en 1939 en una familia de inmigrantes judíos cuya infancia – al ser uno de los pocos niños blancos en el vecindario – resulta bastante solitaria. Lector precoz, las historietas de superhéroes que descubre durante esa época le resultan aburridas al ver cómo aplican una fórmula reiterativa número a número; con el tiempo decanta su interés hacia el jazz, y se vuelve coleccionista y eventualmente comentarista de discos para The Jazz Review.
Luego de servir brevemente en la marina y asistir durante un año a la Case Western Reserve University, realizó trabajos esporádicos hasta acabar de archivista en el Veterans Administration Hospital en 1965, cargo que mantiene hasta jubilarse y sin aceptar ascensos. Entremedio se casa con Karen Delaney, quien lo abandona en 1972 y se lleva todo el dinero de su cuenta bancaria.
Poco después, aprovecha la visita de su amigo Robert Crumb –a esa altura, célebre dibujante underground– para contarle su visión de las historietas: un medio con amplio potencial desde lo cotidiano, desdeñando la mera evasión fantástica. Crumb accede a dibujar sus historias, y Pekar decide tres años después escribir y editar su propio cómic.
Cleveland, Ohio
Lanzado en mayo de 1976, American Splendor relata la vida cotidiana de Pekar en su natal Cleveland, contada con un estilo directo influenciado por Henry Miller, James Joyce y Arthur Miller. Su labor como archivista en el Hospital de Veteranos –que involucra a diversos colegas e internos-, situaciones personales, temas de salud, dinero, inquietudes sobre el futuro y reflexiones varias se relatan desde una perspectiva que evita la estructura narrativa tradicional, privilegiando pequeños momentos y observaciones.
Varios nombres se hacen familiares mientras la serie avanza: Lark Hall (su segunda esposa entre 1977 y 1981); el compañero de trabajo Toby Radloff; Joyce Brabner, tercera esposa y regular desde el noveno número; su hija adoptiva Danielle… incluso el reconocido presentador David Letterman, luego de que el guionista pase a ser un invitado frecuente en su programa iniciando una rutina que acaba cuando Pekar lo critica por evitar referirse a la empresa General Electric –dueña de la cadena NBC- durante una huelga en 1987.
American Splendor alcanza 16 entregas hasta 1991, sumándose una más bajo etiqueta Tundra Publishing. Aunque se admitía incapaz de dibujar, su autor entendía cabalmente la historieta en cuanto a narrativa y ritmo, según destacó Robert Crumb; y es aquella sincronía entre ambos la que marca una etapa en la vertiente después conocida como slice-of-life. Pero al ser un dibujante solicitado y con proyectos propios, Crumb pronto le busca nuevos colaboradores gráficos, y se destacan entre ellos Gary Dumm, Spain Rodriguez, Frank Stack y Joe Sacco.
Los méritos del título acaban interesando a Dark Horse Comics, que en 1993 decide editarlo. Ya no se trata de una historieta circulando discretamente, sino de una obra cuyo prestigio le vale desde 1985 tres adaptaciones teatrales.
Nuestro año esplendoroso
Dark Horse prescinde de la habitual numeración para pasar a entregas temáticas, caso de American Splendor: Windfall, American Splendor: Transatlantic Comics o American Splendor: On the Job. Alison Bechdel, Chester Brown, Val Mayerik y Ed Piskor se cuentan en la renovada nómina de ilustradores.
No obstante, quizás su mejor obra del período es una novela gráfica que escribe junto con Joyce Brabner y publica en la firma Four Walls Eight Windows. Dibujada por Frank Stack, Our Cancer Year cubre el año en que a Pekar se le diagnostica cáncer, con las consecuencias familiares y personales, así como el largo tratamiento para salir adelante; pese a su limitado tiraje, llega a convertirse en una de las historietas más aclamadas de 1994.
Para el 2003, Harvey Pekar y su obra vuelven a adquirir notoriedad, gracias a un largometraje sobre su vida que dirigen los documentalistas Shari Springer Berman y Robert Pulcini. Con Paul Giamatti y Hope Davis en los roles protagónicos, acapara varios elogios, premios en el Festival de Sundance, el Premio del Gremio de Escritores de América al mejor guion adaptado, el FIPRESCI en Cannes y es nominada a Mejor Guion Adaptado en los premios de la Academia.
Pekar escribe otras dos obras extensas para American Splendor, esta vez editadas por Ballantine Books: Our Movie Year (2004) – que recopila historietas escritas mientras se rodaba la película – y Ego & Hubris: The Michael Malice Story (2006), biografía sobre el autor Michael Malice. Paralelamente halla nueva casa en DC Comics, donde ven la luz The Quitter el 2005 – que dibuja Dean Haspiel en torno a la juventud de Pekar – y dos miniseries bajo el prestigioso sello Vertigo con diversos artistas.
American Splendor publica su último número en septiembre de 2008, casi dos años antes de que el cáncer venza por fin a Harvey Pekar. Y si bien sigue publicándose material póstumo, es en su título decano donde el autor de Cleveland sacudió al medio con un concepto aún sorprendente: La rutina del hombre común.
