Aún hoy, en pleno siglo XXI, hay muchos prejuicios sobre los cómics, pues mucha gente los asocia a un tipo de publicación infantil o, como mucho, para jóvenes. Si supieran lo equivocados que están…

Actualmente, la cantidad de cómics acerca de temas complejos, de actualidad, psicológicos, fuertes, históricos y otros muchos que iluminan las estanterías de las librerías físicas y virtuales de todo el mundo abarca matices expresivos. Muchos lectores empiezan con cómics sencillos, infantiles y de superhéroes, pero terminan a la búsqueda de más variedad, amplían sus horizontes a medida que crecen, y es así como descubren los cómics de autor.

En esta última línea se sitúa el galardonado cómic El golpe de la cucaracha, en la casa hay fantasmas (Historieteca, Buenos Aires/Argentina, 2021), de Cecilia Lucía (Gato) Fernández, uno de los más valientes, introspectivos y sensibles que he leído hasta hoy.

 El golpe de la cucaracha - Portada
El golpe de la cucaracha es un cómic fuerte, representa de manera muy realista la violencia contra los niños.

Experiencias de la autora en la creación de la obra

La autora hizo un largo viaje para escribir este relato autobiográfico, incluso tuvo ataques de pánico y pasó por un lavado de estómago durante el camino, que tuvo que soportar para completar la obra. El cómic trata sobre el abuso sexual que sufrió Gato durante su infancia, todo el acoso de su padre y el proceso de depresión que esto le provocó a lo largo de los años. Traspasa su dolor a los cómics, sin perder la mirada inocente de niño, que busca en la fantasía el apoyo y sentido de lo que sucedía en su entorno de tanta violencia física y psicológica. Ratas y cucarachas están presentes en los momentos más siniestros y violentos que vivió Gato, y pueblan su mundo imaginario que reemplaza al real para aliviar su sufrimiento.

Discusiones con el Hermano que, en general, la protegía de su padre, la convivencia con su abuela, los desequilibrios emocionales de la madre que no notó (o no quiso notar) el acoso de su esposo, el proceso de separación de los padres y la madurez que alcanza Gato, todo ello mediante una línea y una mirada de sufrimiento que ha logrado materializar en dibujos, capturando cada momento de dolor vivido, cada superación.

Cabe mencionar la relación que la autora creó en ese momento con su propia interpretación de la fe y Dios (aquí representado por un bidé), algo único y curioso, una muestra de sus intentos de enfrentar tanta violencia y entender el porqué de todo esto, como los demonios que ve atormentando a su padre, una representación del mal presente en sus gestos y actitudes.

Escenas de El golpe de la cucaracha

Otro punto a destacar es cómo a las personas que le rodean les resultó difícil verificar el comportamiento y acoso de su padre, una advertencia sobre la violencia infantil, que a menudo ocurre por parte de miembros de la propia familia y es algo que tanto los responsables, como el resto del entorno familiar eligen ignorar o relativizar. Cuando el niño se aleja de alguien, evita a una persona o parece asustado, es necesario indagar lo que realmente está sucediendo.

El golpe de la cucaracha se refiere a una expresión francesa original de la psicología, que significa tener una depresión profunda, un título elegido por la autora para enmarcar, en 112 páginas coloreadas, su sufrimiento, dolor, sentimientos, trauma y superación. Prepárate para llorar mientras lo lees, si te atreves.

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